martes, 22 de junio de 2010


Hay quienes se preguntan, ¿Es el silencio, amigo o enemigo?... ¿Lo buscamos o le huimos?... ¿Lo escuchamos o mejor cuando nos hable, nos tapamos los oídos?... ¿Cómo saber si lo que trae nos ayuda o nos hace perderle a todo el sentido?...
El silencio puede ser amigo cuando nos ayuda a escuchar aquello que entre bullicios y ruidos nodistrae y confunde de la realidad; es también un guía y consejero, cuando viene acompañado de una luz que nos cura de toda ceguera espiritual y nos permita ver mejor el camino a seguir a la hora de tener que tomar una decisión…

El silencio, se hace a veces necesario que aparezca entre dos personas que se gastan el tiempo compartido, hiriéndose y causándose dolor, es ahí donde ese silencio tiene sentido si logra que se acallen en el alma, los odios y resentimientos que debilitan y matan al amor… Pero no se puede permitir que ese silencio se haga eterno y se acomode en el interior, hay que saber vencerlo, dando el primer paso a la hora de pedir y ofrecer el perdón…

Si es el silencio que sana…nos regala perdón; si es el silencio que nos ayuda a sentir aún en lo que no tiene sentido, la plenitud del amor de Dios, es porque se ha convertido en oración y bendición; si es silencio que separa los corazones, es porque viene lleno de olvido y marchita la flor; si es el silencio que hiere y se arma de orgullo, es porque está dispuesto a matar el amor; si sentimos que es un silencio que nos aísla y nos deja como compañera la soledad, no podemos dejar que nos ensordezca en esos momentos su voz … Hay entonces que luchar por descubrir cuál es su verdadero sentido, cuando entre confusiones nos refugia en la calma y nos permite el descanso del alma, despejando nuestra mente, ojos y oídos; cuando nos ayuda a vencer angustias, miedos y temores y va acompañado de la presencia silenciosa y fiel de un buen amigo; y así mismo cuando puede regalarnos la gracia de aprender a escuchar las voces y melodías de la creación que se esconden entre tantos ruidos… eso y más es del silencio, el sentir y el sin sentido…uestra mente, ojos y oídos; cuando nos ayuda a vencer angustias, miedos y temores y va acompañado de la presencia silenciosa y fiel de un buen amigo; y así mismo cuando puede regalarnos la gracia de aprender a escuchar las voces y melodías de la creación que se esconden entre tantos ruidos… eso y más es del silencio, el sentir y el sin sentido…

el silenco


surge en la distancia de aquellos que algún día, en todo lo que compartieron se amaron tanto, haciéndose amigos, hermanos y más que amigos… puede que sin darse cuenta caigan en la costumbre de la ausencia y le dejen la puerta abierta a la rutina; es ahí cuando regresa el silencio acompañado del olvido, ese que se roba de la mente y el corazón los momentos vividos, llevándose la magia que alguna vez hizo único y especial cada instante, el mismo que pasa la página y borra las promesas que alguna vez se hicieron para estar y sentirse siempre unidos… Por eso, al estar lejos de las personas que se ama, no hay que permitir que sea solo el silencio el único compañero de camino, hay que dejarlo que vaya de la mano con las palabras, la oración y los pensamientos que se transforman en puentes que vencen cualquier distanciamiento, y también los pequeños detalles que llenan esos silencios de recuerdos y ahuyentan el olvido; así no se diluye el sentimiento y permanecen para siempre en el tiempo, los corazones unidos.





"Quien calla aprende a escuchar Quien escucha aprende a hablar Quien habla aprende a callar"

lunes, 7 de junio de 2010

Colombia


Colombia es la flora,la fauna.las artesanias,la musica,la literatura,el cine,la fotografia y las mujeres.
Colombia es pasion.
♥te quiero Colombia

viernes, 4 de junio de 2010


la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.